Poderosa

Una nadadora viviendo en cuarentena

Una nadadora viviendo en cuarentena

Un pequeño y lindo escrito de una nadadora viviendo en cuarentena. Desde que empece hace algunos años atrás la practica de la natación, hubo una conexión muy fuerte, una sensación sutil de encontrar algo en el cual me hacia sentirme libre, tener esa sensibilidad con el agua, la libertad fuera de mi silla de ruedas, de permitir que el agua me daba una oportunidad de ver las cosas diferentes frente a la discapacidad, a la aceptación de ella misma, la oportunidad de conocer lugares, personas extraordinarias, de conocer el éxito, logros, muchas metales de diferentes colores y a la vez la derrota, la perdida, y el fracaso, definitivamente no lo podía encontrar en otro deporte.

En algunas ocasiones quise abandonar de esa alianza que había entre el agua y yo, por lo que me generaba, sacrificio, disciplina, responsabilidad, cansancio, esfuerzo, y a la vez tristeza, hubo momentos que quise retirarme de un entrenamiento hasta de una competencia y lo peor del deporte, pensaba que era bueno hacer una pausa en esta carrera deportiva, pero en el fondo estaba la persistencia la esperanza y el agradecimiento de lo que me ha dado el agua, así es como nunca pare de remar y remar por mucho tiempo, hasta que…..

Llego lo inesperado, «un virus», una pandemia, un covid19, un coronavirus, como lo queramos llamar que obligatoriamente nos llevo a una cuarentena y que a la fuerza tuve que dejar el agua.

Lo que por un momento creí que eran quince días, se convirtió en dos semanas y dos semanas más y otras dos más, que al día de hoy de escribir esto, cuatro meses después de no volver a recorrer un pozo de 50 metros, girando por horas de resistencia, de velocidad, de técnica, de afloje y hasta de juego. aparece ese sentimiento que creí que no iba a sentir «Nostalgia», extrañar ese entrenamiento duro o ese que creía que no tendría fin, ese momento del chapuzon en las mañanas frías de Bogotá, de ese olor que perduraba por todo el día, ese perfume llamado cloro, esos días de encuentro con las personas que hacían parte de ese lugar al que me dirigía todos los días desde hacia mucho tiempo atrás.

Hasta que tuve que hacerme la idea de que esto sería por tiempo indefinido que tenía que adaptar todas mis actividades en casa y eso también hacia parte el deporte, imposible de una piscina de ahí es que mis entrenos se convirtieron en estar con una colchoneta detrás de una pantalla, han sido trabajos de fuerza, resistencia, aerobicos y demás, que en ocasiones viendo como se congela la pantalla por una mala conexión y aveces queriendo rechazar a Zoom o hasta la mirada persistente de mi familia observando cada movimiento de la clase, no ha sido imposible para seguir batallando.

Y después de estos meses de confinamiento de vivir y aprender otro estilo de vida de rutina que llevaba, ¿cómo volveremos a encontrarnos? tendremos la vida de antes?? como, será el retorno a la piscina con los nuevos protocolos de salud? seremos los mismos andando con prisa por el mundo? tantas y tantas preguntas que me he echo a lo largo de esta cuarentena, teniendo la esperanza de que al retornar cada uno con nuestras actividades de cualquier tipo seamos más conscientes de la forma en que vivimos, que como seres humanos podamos aportar el bien a este lindo lugar llamado mundo que tanto lo necesita, y yo por ahora viviendo mi presente de la mejor manera, esperando su debido momento para que pueda reencontrarme con el agua mas fuerte y dando lo mejor de mi en mis sueños deportivos.

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